La vitamina D3 y K2 trabajan juntas para mejorar la absorción de calcio y promover la salud ósea. La vitamina D3 ayuda a aumentar la absorción de calcio en el intestino, mientras que la vitamina K2 mejora el transporte del calcio hacia los huesos y lejos de los tejidos blandos. La combinación de vitamina D3 y K2 también puede ayudar a prevenir la calcificación arterial y mejorar la salud del corazón así como evitar una posible osteoporosis en las mujeres en la menopausia.
Además, la vitamina D3 y K2 también pueden mejorar la función del sistema inmunitario y reducir la inflamación. Estos nutrientes son importantes para la salud óptima y el bienestar en general.
Para el correcto funcionamiento de la vitamina D ya hemos visto que es importante la intervención de la vitamina K2, pero además es fundamental asegurar unos correctos niveles de magnesio. Este mineral interviene en unas 600 reacciones enzimáticas en nuestro organismo, algunas de ellas son clave para el funcionamiento de la vitamina D. El magnesio juega un papel crucial en el proceso de activación de la vitamina D y para su transporte a las células y tejidos del cuerpo. Sin suficiente magnesio en el cuerpo, la vitamina D no es capaz de hacer su trabajo correctamente, lo que puede resultar en una serie de problemas de salud, como la deficiencia de calcio, enfermedades óseas, asociadas con sistema inmune, etc.